
Lunes, 29 marzo, 2021
En las postrimerías de este mes de marzo del 2021, tomo un momento
para reflexionar:
En marzo de 2020 nuestra vida -y la del mundo entero- cambió de
manera repentina y drásticamente. Un diminuto virus se adueñó de la
vida como la conocíamos. Una sombra de temor, de inseguridad, de
lejanía y de soledad se posó sobre todos nosotros. ¡Y cómo cambió
nuestra manera de vivir, de enfrentar situaciones y de relacionarnos
con los demás! El desánimo, la desesperanza, la inseguridad,
parecieron ganar terreno y privarnos de siquiera pensar en un futuro
prometedor. Y pasaron semanas, meses y ya se cumplió un año del inicio
de esa pesadilla que marcó el diario vivir con cierres, órdenes
ejecutivas y toques de queda.
En marzo de 2021 estamos
"ante la puerta".
¿Ante qué puerta? Pues, la puerta
de: la primavera que es señal de vida nueva, de nuevas oportunidades
de vivir y realizar nuestras tareas diarias, de nuevos retos y de
mucha esperanza. Y esto es muy importante porque la vida no se
detiene, hay que continuar con ella; sí redujo su paso, cambió de
dirección pero continúa y hay que vivirla.
Ya no somos
como éramos, somos mejores, hemos pasado un período de prueba y
estamos estrenando una nueva humanidad.
¡Han sido tantas las
lecciones aprendidas! Claro que hubo y hay momentos oscuros y personas
que aún no han encontrado la puerta para vivir mejor pero, no debemos
perder tiempo ni energías en esa oscuridad.
Es hora de abrir esa puerta y cruzarla hacia un mañana mejor, a
sueños para realizar, a momentos que atesorar. Es hora de mirar atrás
y ver lo que hemos sobrevivido y celebrar que lo logramos, que estamos
aquí y continuamos. Despedir a los que se nos quedaron en el camino y
con una oración desearles paz. De prepararnos para los encuentros y
para los abrazos. Quizás aún falta tiempo para los mismos pero, es
menos y llegarán. Y hay que vivir con fe y esperanza, sin dejar que se
nos apaguen las ilusiones.
Por ahora abramos la puerta y
crucemos, estamos en la alborada de un nuevo tiempo.
Jeanette Cruz Beltrán
Jueves, 29 abril, 2021

Elisa Colberg Ramírez, Miss Colberg
(1905 – 1976)
Nacida en Cabo Rojo, Puerto Rico el 25 de abril de 1905. Hija de Rodolfo Colberg y Castora Ramírez. Líder máxima del escutismo femenino de Puerto Rico. Se graduó de Maestra de la Universidad de Puerto Rico en 1925. Durante algunos años ejerció la docencia en Hormigueros y en su pueblo natal. Fundó en Cabo Rojo la 1ra tropa de niñas escuchas, que llamó "Hijas de Betances", en 1926 iniciando así su relación con el Concilio y su participación como Voluntaria. Nombrada Directora Ejecutiva de las niñas escuchas en 1932, cargo que ocupó hasta 1971, cuando renunció por motivo de salud. Gracias a su labor se establecieron los campamentos de niñas escuchas en la isla. En 1961 fue elegida Ciudadana del Año y en 1969 Mujer de Puerto Rico. Su labor fue reconocida públicamente por el Congreso de los Estados Unidos en 1972. Falleció en 1976.
“Lo que aprendí de Elisa Colberg”
Cuando llegué a trabajar al Concilio Caribe inicié mi viaje para conocer y entender los que son las “Girl Scouts” también conocidas como las Niñas Escuchas, término criollizado. En ese viaje al conocimiento descubrí el nombre oficial de nuestra organización en Puerto Rico: Caribe Girl Scouts Council.
Conocí la historia de la fundadora Juliette Low y su tesón para proveer una experiencia diferente a las niñas y jóvenes que les permitiera estar en un espacio seguro y desarrollar a la líder que llevaban dentro. Al mismo tiempo conocí la historia de Elisa Colberg, Miss Colberg, a quién se han referido como la fundadora de las Niñas Escuchas en Puerto Rico. Sin ánimo de restarle méritos a su obra, aclaramos varios puntos: la primera tropa de Niñas Escuchas como se les conoció a principios en la isla, la estableció Generosa Fernández quién luego fuera nombrada primera Directora Ejecutiva de la organización. Segundo: no somos diferentes de las Girl Scouts fundadas en 1912 por Juliette en Savannah, somos parte de la Organización Nacional. Por lo tanto solo hay una fundadora, Juliette. Tercero: Elisa organizó la primera tropa en Cabo Rojo y las llamó las “Hijas de Betances”.
Ahora sí, el reconocimiento que hacemos a Elisa Colberg Ramírez es el de haber sido la figura más prominente del escutismo femenino en la isla. Fue bajo su dirección que se alcanzó el máximo desarrollo, el apoyo de la comunidad y del Gobierno para el escutismo femenino, así como el logro de dejar establecidas las instalaciones oficiales y distintivas en Puerto Rico: la Casita (sede del Concilio) y los tres campamentos. Todo esto desde que asumió la Dirección Ejecutiva en 1932.
En diciembre de 1971 en ocasión de aceptar la dedicación del Album de Oro, (libro que recoge de forma poética los primeros 50 años del escutismo femenino en Puerto Rico) Miss Colberg escribió lo siguiente: “Acepto el Libro de Oro con tan espléndido historial del escutismo en todas sus fases, con gran orgullo, no como un éxito por mis servicios personales, sino como un reconocimiento a todos los miles y miles de miembros del Concilio, Líderes y demás adultos que desde 1924 han sabido sembrar la semilla del escutismo”
Aprendí de ella: Humildad.
“La que me dio el privilegio de iniciarme como líder de Niña Escucha fue la señora Generosa Fernández de Freiría, miembro ahora de la Junta de Directores y quien entonces dirigía el Movimiento en la Isla. Agradezco a Generosa su sabia dirección, que poco después me llevó al puesto al cual dediqué prácticamente toda una vida.”
Aprendí de ella: Agradecimiento.
“El escutismo sigue creciendo y la necesidad de nuestros servicios se acrecienta más cada día. No les voy a explicar el beneficio que esto representa para nuestra niñez, pues es de todos bien conocido. Unámonos todos en un solo haz bajo el estandarte del trébol de oro con el cielo azul, para que cada día sean más las niñas que se beneficien con este gran programa.”
Aprendí de ella: Sentido de Misión.
“Gracias repetidas y que Dios les bendiga a todos para que sigamos en continuados éxitos por el bien de nuestra juventud femenina.”
Aprendí de ella: Vocación.
En una cita de uno de las capítulos del Album de Oro ella expresa: “El escutismo ha ayudado y continua ayudando a crear mujeres preparadas para enfrentarse a la vida”.
Aprendí de ella: Dirección.
Miss Colberg reconoció que uno de los mayores estímulos para su éxito fue: la fidelidad de la líder en su labor y hoy nos hacemos eco de sus palabras para reconocerlas y decirles: ¡Gracias!
Nuestro llamado es a continuar la obra porque aún nuestras niñas y jóvenes nos necesitan. Aprendamos de nuestra historia las lecciones que nos ayuden a situarnos como la mejor opciónpara las niñas y rescatemos el apoyo del Gobierno, la comunidad y de otras organizaciones y empresas para continuar sembrando bajo la sombra del trébol.
Esto fue lo que aprendí de Elisa Colberg.
Jeanette Cruz Beltrán